Historias de Baño
MI PRIMER BESO
Fue hace varios años. Un día X, con algunos amigos de escuela nos fuimos a celebrar a la casa de turno después de clases, entre estos estaba Andrés, mi mejor amigo en ese entonces, un chico guapo con experiencia en temas sexuales y gran aceptación con las mujeres, ya no recuerdo que celebrábamos, aunque por ese tiempo no necesitábamos excusas para tomarnos un trago y fumar algo de dudosa procedencia.
En un segundo pensé que nada de eso estaba pasando, me parecía muy extraño, el chico al que estaba deseando tanto, era mi mejor amigo, el mismo que tantas veces había tenido a mi lado abrazándome y aconsejándome por algún problema. Salí de ese trance cuando vi que puso el seguro a la puerta y se acerco a mi, me tomo de la hebilla del pantalón y me acerco a el, su cara estaba junto a la mía, beso suavemente mis labios y luego se alejo un poco, sin soltarme, con la otra mano acaricio mi rostro y paso sus dedos por mis labios buscando mi lengua. Reí nerviosamente y apoye mi cabeza en su hombro, tranquila, me dijo – no pasara nada que tú no quieras. Pero el no sabia que era precisamente eso lo que me asustaba, no estar segura de que era exactamente lo que yo quería en ese momento.
Sus caricias comenzaron a hacerse cada vez mas intensas, y me recorrían cada vez más al no negarme, sentí su mano acariciar mi pezón, no se en que momento logro deshacerse de mi sujetador. Lo que dejaba en claro su experiencia o tal ves mi inexperiencia. Luego inclinó su cabeza quedando frente a mis senos, para luego besarlos ardientemente, podía sentir un calor inmenso en mi entrepierna cuando el se apego fuertemente a mi, dejándome sentir su gran erección. No pude resistirlo y comencé a emitir pequeños gemidos, excitándome cada vez más al oír su respiración y sentir todo su cuerpo arder al igual que el mío. Luego de besar mis pechos y lamer mis pezones volvió a besar mis labios mordisqueándolos, para dirigir su mano a mi entrepierna por sobre el pantalón. Lo sobó lentamente, escapándoseme un gran suspiro, intentaba pronunciar palabras pero el placer que me producía no me lo permitía. Cuando estuve a punto de lograrlo el tomo mi mano y la dirigió a su entrepierna, haciéndome apretarlo para sentirlo bien, y luego llevo mi mano dentro de su pantalón, no llevaba ropa interior así que llegue a su erecto pene de inmediato, que sensación mas exquisita, su pene duro, erecto, caliente y palpitante, por mi y para mi. Él sabía de mi inexperiencia así que dirigió mis movimientos, no sabía muy bien de medidas en ese entonces, de hecho no había tenido ninguno tan cerca, menos en la mano, así que me impresiono. Ahora puedo decir que no era la gran cosa, el también era muy joven, puedo (mediante otras experiencias con el) asegurar que mejoró con el tiempo, pero de eso les contaré mas adelante, Como les decía, el dirigía mis movimientos, mientras con la otra mano buscaba mi vagina. Cuando llego a la ropa interior, y la acaricio sobre estos deslizando un dedo entre los labios, sentí una explosión riquísima dentro mío, estaba claro que el sentía mi humedad, y que eso me había gustado, porque me sonrió y besó fuertemente soltando mi mano para dejarla moverla libre en su pene, luego la dirigió a uno de mis senos masajeándolo fuertemente, mientras metía su mano bajo mi tanga, ¿te gusta eso?-me pregunto, cerré instintivamente mis ojos y solo pude asentir con la cabeza mientras buscaba su boca para besarlo y luego la quito. A mi también me gusta lo que tu haces-me dijo, mientras cerraba los ojos y sentía su respiración agitarse mas y mas, luego de un momento me pidió que parara, sino terminaría eyaculando, quito mi mano de su pene, y me la puso en su cadera para luego dirigir nuevamente su mano a mi vagina, pero esta vez intentó bajar mis pantalones y tanga para tener la zona libre. Lo deje hacer por un momento, vaya que si me gustaba lo que hacia, pero cuando sentí su pene erecto acercarse a mi vagina lo detuve, el beso mi frente y me tomo del mentón para levantar mi cara, ¿no quieres? Si no quieres esta bien- me dijo. No, no así al menos-le dije. No te preocupes, no pasa nada, subió mis pantalones agregando que tendría que hacer algo por el, Estoy muy caliente-me dijo. Mientras llevo nuevamente mi mano a su pene, mastúrbame-me dijo. Mientras se ponía de costado al lavabo y me abrazaba. Yo comencé a pajearlo, conforme lo hacía sentí como su cuerpo se estremecía y sus piernas se debilitaban. El puso su otra mano sobre la mía para acelerar mi movimiento y me estrechaba cada vez más a su cuerpo, apoyando su cara al lado de la mía, quedando su boca en mi oído, comenzó a gemir, yo no podía dejar de mirar su pene mientras lo pajeaba cada vez más rápido según su mano me lo indicaba, lo hice hasta que eyaculó sobre el lavabo. En ese momento el soltó mi mano permitiéndome liberar su pene y dejo de presionarme a su cuerpo. Limpió su pene y el lavabo del semen que había liberado, para no dejar rastro de lo que ahí había pasado. Nos repusimos y volvimos a besar una vez mas, no pudimos evitar sonreírnos. Nos acercamos a la puerta para cerciorarnos de que no había nadie cerca que nos descubriera saliendo juntos del baño, no oímos nada así que el abrió la puerta, antes de salir me juro que algún día repetiríamos la experiencia, pero completaríamos el rito. Yo me sonreí sin que el se diera cuenta, lo que mas deseaba era que así fuera. Por otro lado no podía creer que mi primer beso, haya sido también mis primeras caricias, mucho menos que haya terminado de esa manera.